Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No soy el amor de su vida

No soy el amor de su vida,
soy el complemento de sus días, 
el compañero de sus amaneceres 
y su amigo en nostálgicos atardeceres. 
No soy su dueño, soy con quien camina
en la misma dirección
y siempre a la par.

Soy con quien viaja hacia
el horizonte del mañana,
es decir, soy ese ser que ella
ha elegido para expresar
la hermosa manera
de lo que es amar.

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