Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El secreto

No podían entender como la miraba todos los días con la misma pasión, amar sus detalles mantenía vivo el brillo en su mirada, y no eran las formas de su contorno femenino, eran sus expresiones y la manera en que éstas iban dejando su huella en su cara, sus enojos y sus sonrisas dejaban su legado cada día, incluso la tristeza de los dias difíciles la hacían única a sus ojos, tocarla era más que una simple caricia, era recorrerla con las manos y memorizar sus particularidades, un lunar no era una marca en la en la piel, era un secreto, un objeto del deseo, era simplemente ella y si su piel cambiaba, no quería perderse la novedad en el mapa de su cuerpo, amaba sus cambios y permanecer junto a ella para notarlos.

No hay comentarios.: